¡Hola, Phikósmicos!
Me encanta tenerlos por aquí, en su sección, Eros, donde espero poder vincularme con ustedes, desde el amor universal, el mismo que impulsa nuestro crecimiento interior. Todo lo nuevo es excitante y para mí, es más que un honor, un verdadero reto, esta oportunidad de escribirles e interactuar con la “Comunidad Phikósmica”.
En esta primera conexión, quiero hablarles del agradecimiento.
¿Ustedes recuerdan cuáles eran las palabras mágicas que nos enseñaron de niños? Por favor y gracias. A mí me dijeron que esas palabras me abrirían todas las puertas, y en ese momento, mi abuela no sabía la magnitud de su enseñanza: ser agradecido, con todo y con todos, es la llave maestra del Universo. Dar las gracias, es reconocer, dar agradecimiento a alguien o por algo, es exteriorizar la emoción que nos produce determinada acción y es la forma más sencilla, primordial, de expresar nuestro agrado. Pero ¿Cómo dar las gracias, me abrirá las puertas del Universo? Porque el Universo actúa como un espejo de aumento, que refleja y nos devuelve magnificado, todo lo que presentamos ante él. Cuando agradecemos le estamos diciendo al Universo, que nos encanta lo que nos envió y que queremos más de eso. ¿Alguna vez les ha pasado, que “están de suerte”? Son esas épocas, en que todo nos sale bien como “por arte de magia”, desde los detalles insignificantes, hasta grandes acontecimientos. Eso pasa, porque nos elevamos a una vibración positiva, el Universo capta esta vibración y nos envía más razones para mantenerla. No obstante, la vida está influenciada por circunstancias, tanto externas, como internas, que no siempre son positivas. Entonces, ¿qué hacer cuando una situación no es la mejor? ¡Agradecer! Cuando agradecemos por lo bueno que nos pasa, el Universo nos regala más situaciones por las cuales ser agradecidos, nuestro corazón está contento y vibramos alto. ¿Pero qué pasa cuando agradezco lo malo que me está sucediendo? ¿Le estoy pidiendo al Universo que me mande más situaciones adversas? ¡No! Cuando agradecemos de corazón por las situaciones adversas, le damos gracias al Universo por la enseñanza que esto aporta a nuestras vidas y le decimos que estamos preparados para dejarlo atrás, porque aprendimos la lección. Hay que buscar la bendición que envuelve cada situación. Por supuesto que no es tarea fácil, implica conocimiento de nosotros mismos y, algunas veces, somos unos completos extraños, a quienes en ocasiones no estamos muy seguros de querer conocer. Debemos ser humildes, inocentes e introspectivos para aceptarlo. Eso que llaman ser conscientes. Agradecer una mala situación económica, por ejemplo, no implica regocijarnos por una carencia, sino agradecer el aprendizaje que eso conlleva; seguro nos toca reinventarnos y encontrar otras formas de provisión, inimaginables en otro momento. Pero ¿qué pasa si en lugar de agradecer, nos lamentamos de esa situación y nos autocompadecemos? Bajamos nuestra frecuencia, es decir, vibramos en negativo y ese es el mensaje que le va a llegar al Universo, que queremos seguir en esa vibración y que nos mande más situaciones adversas. Es lo que comúnmente escuchamos decir a la gente “estoy salado”.
Algunas veces, la situación nos agobia y creemos que no hay solución. Lo que a mí me funciona cuando tengo algún problema, es detenerme, respirar y preguntarle a la Divinidad cuál es la lección que debo aprender; luego agradezco y se lo entrego al Universo, porque hay cargas con las cuales, sencillamente, no puedo sola. Dar gracias por todo lo que nos pasa, por todo lo que nos pasó y por todo lo que esperamos que nos suceda y confiar en que todo saldrá bien. Siempre tenemos motivos por los cuales ser agradecidos; desde las cosas más sencillas, que pasan desapercibidas, hasta lo más grande… Agradecer por el excelente clima que disfrutamos en el trópico, agradecer por poder saborear ese rico guayoyo, agradecer por un nuevo día de vida, agradecer por nuestra buena salud, agradecer por nuestra familia y amigos, agradecer por nuestro sustento… Mientras más agradecidos seamos con respecto a lo que tenemos, e incluso con lo que deseamos, mayores razones para agradecer nos llegarán. Es muy significativo que, al agradecer a otras personas, lo hagamos mirándolos a los ojos. Tal vez este simple gesto nos regale una sonrisa instantánea. Somos poderosos, cuando somos agradecidos.
Agradezco y bendigo, desde la humildad de mi ser, la oportunidad de caminar parte de mi camino con ustedes.
Bienvenidos a su nuevo espacio, Eros. Gracias por leerme. ¡Hasta la próxima!
Bendiciones ilimitadas del bien.
Gitta PhiKósmica, 7.888